Las empresas del siglo XXI se enfrentan a un nuevo paradigma económico y social en un entorno globalizado y con grandes retos sociales. Mas que nunca se necesita conocer y cumplir con las expectativas del cliente, la sociedady la sostenibilidad.
Las organizaciones más vanguardistas están conformadas por equipos de alto rendimiento con una importante dosis de inteligencia emocional y determinación. Las habilidades sociales se entrenan y son en gran medida, la palanca de transformación y crecimiento de estas empresas.
El modelo competitivo está cambiando hacia otro más cooperativo, en el que se tiene en cuenta a las personas, sus emociones y sus circunstancias. y sobre todo su salud, satisfacción e implicación con el trabajo,
Es fundamental contar con líderes empáticos, equilibrados y valientes que seimpliquen más, optimicen su trabajo y mejoren la productividad y los beneficios.
No sólo se aspira a tener en las plantillas a personas con habilidades profesionales. Si no que además se espera que tengan habilidades sociales y personales.
Dentro de estas fortalezas está la buena gestión del miedo. La emoción adaptativa por excelencia, indispensable para la supervivencia.
No debemos de olvidar que el miedo es el principal factor de estrés en el trabajo. El miedo al cambio, al despido o al fracaso. Las empresas también lo sufren: miedo a que el producto nuevo no funcione, a la competencia, a perder clientes o a la quiebra.
Cuando esta emoción se convierte en una emoción tóxica, negativa y destructiva; tan intenso y duradero que bloquea nuestras capacidades… entonces, es necesario aprender a desactivarlo. Aprender a gestionar el miedo que nos limita y nos impide alcanzar nuestros objetivos, desarrollando una formula muy eficaz para tomar decisiones, con coraje y determinación.
Esto no quiere decir que no sigamos teniendo miedo, claro que sí, yo lo tengo hoy en día cada vez que me enfrento a una bomba o a un proyecto nuevo, pero me quedo con la parte que me salva la vida, la que me avisa de los peligros. Este tipo de miedo siempre ha sido un buen compañero y desactivo el que me paraliza y me limita en mi trabajo y en la conquista de mis objetivos.
Julio de la Iglesia